BÚSQUEDA DE LA PAZ INTERIOR

CONSEJOS PARA SER MÁS FELIZ DESDE LA SENCILLEZ

En nuestra sociedad actual estamos expuestos a elevados niveles de estrés ocasionados por el ritmo acelerado de vida, problemas económicos, pérdidas personales, largas jornadas laborales,  desempleo, competitividad, exceso de estímulos, proyección al futuro, dolor del pasado, y un largo etcétera de componentes que pueden afectar profundamente nuestro bienestar.

El ser humano está dotado de capacidad para soportar cierto nivel de estrés, pero cuando estos niveles se sobrepasan, o se sostienen durante mucho tiempo, pueden aparecer sensaciones de angustia, nerviosismo y diversas emociones negativas, de repente sentimos que la vida se nos hace cuesta arriba. Llegados a este punto es momento de tomar conciencia y recuperar la paz interior y el contento de vivir, pero muchas veces no sabemos por dónde empezar.

Lo primero que hay que saber es que se necesita fuerza de voluntad y paciencia, sin atención plena es fácil que las emociones negativas nos atrapen, y lo segundo es que ¡SE PUEDE!

Quiero compartir, desde la humildad de mi propia experiencia e investigación, unas cuantas ideas y consejos que pueden ayudarte en la búsqueda de la paz interior para vivir en armonía :  

·  Desarrolla una mente conciente para estar atento a tus pensamientos. Está científicamente demostrado que nuestro cerebro no sabe diferenciar entre realidad e imaginación. Por ello todo lo que pensamos afecta a nuestro cuerpo y al Sistema Nervioso. Continuamente estamos inmersos en un diálogo interno en donde la mayoría de los pensamientos son negativos, cargados de miedos, culpas y fantasías del pasado y el futuro. Alguien dijo, no recuerdo quién, que "el alma tiene una mirada pura que se nubla cuando pasa por los filtros de la mente". Por eso es importante desarrollar una mente conciente, despierta, cuidadosa con el lenguaje, que viva el momento presente, liberada del ego; una mente así es capaz de desarrollar todo su potencial, porque experimenta el milagro de la vida desde la pureza del alma.

·     Busca el contacto con la naturaleza.  Nuestra sociedad está saturada de estímulos y ello va bloqueando nuestra capacidad de concentración. Los avances tecnológicos han ido más de prisa que nuestra capacidad de adaptación. Los árboles nos ayudan a equilibrarnos, recuperar el bienestar y conectar con la naturaleza, de la que formamos parte y nos hemos ido aislando. Abraza un árbol, obsérvalo, aprende de él, de su templanza y saber estar, conectarás con tu propia esencia a través de sus raíces.

·   No te compares con los demás. Cada uno es único y tiene su camino de vida y enseñanzas que ha venido a experimentar para su evolución. No alimentes sentimientos de envidia, pues sólo te generarán más frustración. Es necesario estar alertas y detectar rápidamente las emociones negativas para debilitarlas, porque son verdaderas enemigas de la paz.

·    Medita. Dedica cada día un momento a calmar tu mente. Puedes empezar con unos pocos minutos de concentración, observando tu respiración y evitando que los pensamientos te atrapen. Poco a poco irás avanzando en esta práctica que te ayudará a recuperar el sosiego y a estar a solas contigo mismo.

·       Respira. Nuestra respiración se acelera cuando estamos ansiosos, airados o estresados. De la misma manera podemos generar estados de relajación si respiramos lenta y profundamente. Utilizando técnicas de control de la respiración podremos inducir estados emocionales de calma y sosiego. Recomiendo la respiración alterna, llamada Anuloma Viloma o Nadi Sodhana (en posición sedente, con la columna recta, respiramos por ambas fosas nasales y exhalamos todo el aire, a continuación tapamos la fosa nasal derecha e inhalamos por la izquierda, luego tapamos la fosa nasal izquierda y destapamos la derecha, exhalamos por la fosa nasal derecha y volvemos a inhalar por la derecha, tapamos la fosa nasal derecha y destapamos la izquierda exhalando y así sucesivamente) es un maravilloso pranayama para calmar la mente, equilibrar y oxigenar el organismo.

·      Descansa. Nuestro cuerpo necesita el descanso nocturno para reponerse y para afianzar los conocimientos. Es de gran ayuda cuando estamos acostados conciliando el sueño, pensar en situaciones agradables para quedar dormidos con esa sensación.

·  Haz ejercicio físico, bailar también es fantástico. La actividad física aumenta la producción de endorfinas, que tienen efecto analgésico y mejoran el estado de ánimo. También se liberan dopamina, serotonina y noradrenalina, todos ellos neurotransmisores que mejoran nuestra salud emocional y nos ayudan deshacernos de la ansiedad y los estados depresivos.

·  Cuida tu alimentación. Somos lo que comemos y es fundamental una buena alimentación para nuestra salud integral.

Centrándonos en cultivar un estado de calma y contento, es necesario tener en cuenta que en el intestino, bien llamado el segundo cerebro, se encuentran multitud de neuronas, neurotransmisores y bacterias que nos ayudan a regular nuestras emociones, allí se produce el 90% de la serotonina, un neurotransmisor que a niveles bajos provoca depresión.

Este es un tema interesante para desarrollar en otro artículo y así tomar conciencia de la importancia de cuidar nuestros intestinos y la macrobiota (flora intestinal). Es habitual que una persona con ansiedad y/o depresión, padezca algún tipo de inflamación intestinal. De hecho ya hay psicólogos que incluyen en sus terapias y tratamientos la restauración de la macrobiota.

En una alimentación saludable destacan los cereales integrales ecológicos, frutos secos, semillas, carnes magras en pequeñas cantidades y pescado si no eres vegetariano, legumbres, verduras y frutas de temporada, fermentados y algas marinas, evitando los productos refinados, grasas saturadas y azúcares. Personalmente en mi alimentación utilizo muchas de las recomendaciones de la alimentación macrobiótica.

·   Cuida tus relaciones personales. Hay personas capaces de sacudir la paz interior de cualquiera, personas que viven en la queja, el victimismo, la ofensa  y  la negatividad. Es importante no dejarse atrapar por la energía de estas personas, ya sea evitándolas o persuadiéndolas a un cambio de actitud.

·  Agradece. Todos tenemos cosas por las que estar agradecidos. Centrarnos en lo negativo de nuestra vida provocará aún más desánimo y no podremos disfrutar de las cosas buenas que nos rodean, éstas suelen ser las más sencillas, una buena charla con un amigo, la salud de nuestros hijos, salir a dar un paseo, leer, bailar, cantar o lo que sea que te haga feliz.

·   Sonríe. Cuando sonríes, aunque no sea verdadero, el cerebro interpreta que estás contento y segrega sustancias acordes con ese estado anímico. Así comenzarás a sentirte realmente más alegre. Incluso Charles Darwin apuntó en uno de sus estudios que la simulación de una emoción podía provocarla en nuestra mente. Además el sonreír te traerá por añadidura muchos más beneficios no sólo a ti, sino también a los que te rodean.

·       Sé tolerante contigo mismo y con los demás. Perdónate y perdona. No juzgues lo que piensan los demás ni cómo actúan, cada uno es único, como único es el camino de aprendizaje en nuestra divina evolución.

·    Acepta. Amate tal cómo eres y acepta la vida tal cómo es. La paz espiritual se encuentra dentro de ti, no está fuera, no estará cuando consigas tal o cuál cosa, no sabotees tu bienestar con fantasías, vive tu vida con amor aquí y ahora.

·        Simplifica. Determina cuáles son tus prioridades y qué cosas sobran en tu vida. Toma decisiones, no te aferres, no te apegues a nada ni a nadie, vence los miedos, sé creativo, asume los retos, simplemente vive y disfruta del camino, con la inocencia de un niño que sólo quiere jugar al juego de la vida.

·        Y…por supuesto…¡HAZ YOGA!

Namasté 💗