Asana es el tercer peldaño de los
8 miembros del Yoga. La palabra Asana en sánscrito significa asiento. Un asana es una postura
corporal de Yoga que se mantiene estática en el tiempo, con esfuerzo medido que
se vuelve no esfuerzo, en armonía con la respiración y con un foco mental. Es
importante este enfoque holístico para no quedarnos en una mera práctica de
gimnasia más y alcanzar la unión cuerpo mente y embebernos de todos los
beneficios psicofísicos que nos aporta el Hatha Yoga.
Existen infinidad de asanas en
Hatha Yoga surgidas de la observación del entorno que le permiten al Ser
fortalecerse, flexibilizarse, expandirse, respirar correctamente, relajarse,
armonizarse y sentirse a sí mismo.
Los nombres sánscritos de las
asanas suelen ser nombres de animales, figuras geométricas, elementos de la
naturaleza, combinaciones de palabras que describen el asana y nombres de
antiguos yoguis y divinidades. En el Glosario se pueden encontrar significados
que sirven de ayuda para memorizarlas poco a poco y entender mejor la intención
de cada asana.
La actitud en la práctica es de
carácter receptivo en un “dejarse hacer”, respetando nuestro cuerpo, templo
sagrado donde habita nuestro Ser, respetando nuestros límites, detectando
bloqueos y tensiones para ir disolviéndolos gradualmente con la práctica.
Cuestiones a tener en cuenta para
la práctica de asanas:
- Tener el estómago vacío, 2 o 3 horas después de comer, 1 hora si comemos algo ligero
- No practicar si estamos enfermos o tenemos fiebre
- Consultar con el médico y avisar al maestro de Yoga si se sufren lesiones, problemas cardíacos, de tensión, glaucoma
- Practicar con moderación durante el período menstrual
- Hacer y deshacer el asana con lentitud y a un ritmo constante
- Deshacer el asana siempre que provoque dolor, reducir la intensidad o buscar una variante más sencilla
- Mantener la fase estática siempre que estemos firmes y cómodos
- Utilizar sólo los músculos implicados, relajando el resto
- Sintonizar con la respiración
- Descansar entre asanas relajando todos los músculos, incluidos los del rostro
- Respetar los límites físicos
- No competir, ni siquiera con uno mismo
- Focalizar la mente desde el aquí y ahora
Si bien en occidente son
habituales las series dinámicas de asanas, es importante dedicarle a cada asana
el tiempo necesario para profundizar en ella y extraerle toda la sustancia,
pues el asana consta de una fase dinámica y otra estática.
La fase estática es esencial para
beneficiarse de la acción del asana sobre órganos y vísceras profundas al producirse
una congestión activa, provocando así un exceso de sangre que circula, este
aumento de flujo sanguíneo oxigena activamente órganos y tejidos. Es como
liberar agua estancada y dejarla correr hacia el río. Cada asana presiona y
estimula diferentes puntos actuando de manera similar a la acupuntura.
FASE DINÁMICA DEL ASANA
El asana se construye lentamente,
sincronizando el movimiento con la respiración, la concentración se dirige en
principio hacia la técnica correcta del asana, en la práctica avanzada cada
asana tiene su foco de concentración. Luego se busca la ejecución económica del
asana, utilizando sólo los músculos implicados y relajando los demás sin
olvidar el rostro, especialmente la mandíbula y también la lengua. La
respiración será normal y continua
durante todo el movimiento para no bloquear el diafragma. El movimiento
se realizará en una progresión lenta y uniforme, con amor y respeto hacia nuestro
cuerpo.
FASE ESTÁTICA DEL ASANA
En esta fase se mantiene la
inmovilidad, firme y sin esfuerzo, la
respiración se vuelve incluso más profunda, al principio la concentración irá
hacia la práctica correcta del asana, el equilibrio postural, la contracción
del menor número de músculos y relajación del resto y la observación de todo el
esquema corporal, detectando tensiones y aflojándolas mediante la respiración
conciente. Cuando hayamos logrado la
postura inmóvil, cómoda y firme, podremos concentrarnos en el foco propio de
cada asana, desde un estado de conciencia meditativo, que llega por sí solo con
la práctica constante.
También es muy importante el
orden en que se practican las asanas. La selección de asanas de una sesión se
hará conforme al objetivo planteado, utilizando posturas de preparación, contraposturas, y asanas de compensación después de la práctica de posturas intensas para equilibrar el
cuerpo.
Si bien existen asanas que se
practican de pié y otras en posición sedente, se puede hacer una clasificación
de asanas dependiendo de la dirección del movimiento, que además se suelen
combinar:
ASANAS DE MEDITACIÓN
Se utilizan sobre todo para la
meditación y la práctica de pranayamas (ejercicios de respiración). Dotan de
elasticidad a músculos, nervios y articulaciones, mejoran el riego sanguíneo,
fortalecen la región sacro-lumbar, enseñan a mantener la columna vertebral
erguida y estabilizan la mente.
ASANAS DE FLEXIÓN
Son posturas de flexión de la
espina dorsal hacia delante. Estas asanas principalmente benefician el sistema
digestivo, flexibilizan toda la musculatura posterior, tonifican los nervios
espinales, inducen a la relajación del sistema nervioso y reducen la ansiedad y
el estrés.
También hay asanas de flexión
lateral cuyos beneficios principales son estimular hígado, páncreas y bazo,
fortalecer los músculos de la espalda, aumentar la elasticidad de la espina
dorsal y mejorar el funcionamiento de los riñones.
ASANAS DE EXTENSIÓN
Son posturas de extensión de la
espina dorsal hacia atrás. Entre sus beneficios destacan el estiramiento de la
musculatura anterior del cuerpo, aumento de la flexibilidad de la columna
vertebral, masaje de la zona lumbar estimulando los riñones y las glándulas
suprarrenales, aumento de la capacidad pulmonar, fortalecimiento de los
músculos del cuello y estimulación de la glándula tiroides.
ASANAS DE TORSIÓN
Son posturas donde se gira el
tronco, accionando intensamente sobre vísceras
y órganos y permitiendo un baño de sangre fresca oxigenada que nos libera de
toxinas y bloqueos. Entre sus beneficios destacan el estiramiento y
fortalecimiento de los músculos y nervios del tronco, el cuello y las piernas,
mejora de la circulación del riego sanguíneo, rejuvenecimiento de la espina
dorsal, drenaje de residuos, alivio profundo de las tensiones neuromusculares y estimulación del sistema nervioso.
ASANAS INVERTIDAS
En estas asanas la cabeza queda
por debajo del corazón y entre sus beneficios podemos destacar la activación de
las glándulas tiroides, movimiento de la sangre y la linfa, prevención de
várices, estimulación del sistema inmunológico, mejora de la circulación,
liberación de estancamientos y negatividad mental y relajación del sistema
nervioso.
ASANAS DE EQUILIBRIO
Estas asanas mejoran el equilibrio físico provocando un mayor equilibrio mental, ya que los desequilibrios mentales se reflejan en el cuerpo físico y viceversa. Estas posturas proporcionan estabilidad, mejora de la concentración y la confianza.
Al principio la práctica de asanas requiere cierto esfuerzo y dedicación, sin embargo con el tiempo se consigue permanecer en un asana firme y cómodamente, disfrutando de una sensación integradora que disuelve los conflictos psicosomáticos y mejora la salud física y mental.
La práctica de asanas es parte
fundamental en el Hatha Yoga, pero el Yoga se entiende siempre como una ciencia
integral y allí reside su poder como medicina natural, por tanto esta práctica
se complementa con relajación y descanso adecuado, alimentación saludable,
técnicas de purificación y cultivo de actitudes nobles y positivas.
Namasté. 💗
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